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viernes, 19 de junio de 2020

Sacando algo bueno...

Esta pandemia deja pocas cosas buenas: algún que otro aprendizaje, mucha reflexión que lamentablemente al volver al status quo original se almacena inexorablemente en el inconsciente.
Ganas de vivir/sentir/comer mejor.
Ganas de remodelar ese rincón donde por que sí estuvimos durante meses (y no dudo que volvamos a estar).
Deja a muchos que a pesar de lo malo, aún no aprenden la lección y siguen haciendo daño en el camino.
Y otros que aún brillan física y mentalmente.
Otros que producen arte y sacan lo bueno de lo peor.
Como postre para este fin de semana que da inicio al verano, algo agradable de ver y escuchar.
Algo relativamente bueno.
Feliz finde!

jueves, 11 de junio de 2020

Nudo en la Garganta

Meses de ausencia...
Ausencia de dos sentidos preciados durante casi un mes, sin llegar a mayores.
Ausencia de luces o sobra de ellas.
Ausencia de agua en plantas que se marchitan por falta de dueños.
Y por encima ausencia de ti.
***
Recuerdo cuando en la ya pasada y repisada Cota Mil, Fran ponía en el reproductor Grita.
Mientras Daniel aún lloraba recordando a su Flaca después de (mal) follarme.
Años más tarde, como en otra vida, recorríamos la Cota Mil otros personajes, tratando de animar a los presentes con tu voz: A lo loco, Dos días en la Vida, Agua; escuchábamos animados, ahogando el ruido de bombas lacrimógenas, evitando ver las tanquetas que cerraban el paso por doquier.
Aún no soy capaz de volver a escuchar Humo, porque me recuerda cómo se esfumó mi tío por esa misma y maldita enfermedad: el cáncer.
Esta semana empezó nublada.
Y tu cielo catalán llovió a mares porque sí, porque hay que pasar por agua la ausencia, ahogar las penas, inundar de vez en cuando el lavabo con esas lágrimas efímeras pero intensas.
El cielo se ganó una estrella y la tierra, ay la tierra, se llena de tu ausencia.
No entiendo el mecanismo de la muerte.
No me da la gana.
Me cuesta asimilarla.
Esta semana me recuerda otro junio, tan pasado, tan presente, tan duro porque dejó tras de sí otra ausencia.
Estoy segura que quizás en un lugar paralelo, te escucharé desde una barra de bar, porque allí seguirás cantando.
Esta semana te lloré Pau, sin conocerte... o sí, porque formas parte del soundtrack de mi vida.
Y te traigo por un instante a la vida, te traeré a menudo mientras sea un compás paralelo el tecleo de mi computador al ritmo de tu música.
Escribo ahora, escuchándote.
Y de nuevo ese nudo en la garganta.
La vida y su ausencia, el silencio que deja.
Hasta pronto...