El simple juego del amor

Esta es una de las canciones pausadas que me llenan el alma...
Traen una época un tanto agridulce.
Y sin ser realmente para nadie, hoy vuelve a mi

El sol se riega sobre el mar
y se convierte en un millar
de flashes que me dejan ciego y me hacen recordar
y me dejo llevar...
El viento es tu respiración
las olas tu lento jadear
y este momento eterno mi mejor meditación
pues te hago regresar
y te puedo hablar
sin estar de más...

Jugando al simple juego de

contarte como es

la vida si no estás,

faltando si nadie me ve

al juramento aquel

de no extrañarte más...

La noche sobre la ciudad
derrama luz artificial
y sobre mi deja caer tristeza y soledad
de una forma natural
y te haré venir antes de dormir...

Jugando al simple juego de
contarte como es
la vida si no estás,
faltando si nadie me ve
al juramento aquel
de no extrañarte más...

Y me acostumbro a vivir
Recolectando momentos que luego iré a compartir
Contigo pero

sin ti...

 

Jugando al simple juego de

contarte como es

la vida si no estás,

faltando si nadie me ve

al juramento aquel

de no extrañarte más...

Y se va otro atardecer
pero tu recuerdo está
Conmigo hasta el amanecer
y volvemos a empezar...

 

 

En el diván

Muchas personas huyen de ir a terapia.
No es mi caso, me siento cómoda de trasladar las mil cosas que pasan por mi cabeza a un tercero, ajeno a mis andanzas, que oye (y confío escuche) la verborrea atragantada.
Fue quien me recomendó escribir. Sacar el pasado a flote. Compartirlo a cualquiera si se me antojaba.
Lo bautizó como "liberador".

Debo darle razón.
No se si es la edad, que avanza, inexorable como el tiempo.
Los problemas de los veinte me parecen tan ajenos y estúpidos. Tan inmaduros.
Necesarios eso si para ubicarme en el punto que estoy hoy.
He vivido a la inversa.
Me tocó madurar por cosas serias en plena juventud para luego deshacer el camino andado, llorar, reír, vivir.
Lo que si me queda claro es que nada es de gratis.
Haciendo balance al menos, se lo que no quiero.
Y eso en mi, ya es un avance.
Muchos pensarán que esto va enfocado hacia la "vida amorosa" ese torbellino que nos mueve.
Pero no, el enfoque es más bien por mi vida profesional.
Ser contable me resulta ahora tan ajeno.
Cada vez estoy más alejada por ello del Facebook, sobran los mensajes de conocidos que me han insinuado el "desperdicio" o el "como siendo tan brillante estás dejando tus mejores años profesionales de lado".
¿De verdad estoy perdiendo el tiempo?
No será que ¿Estuve perdiendo el tiempo?
Prefiero tranquilidad, a dinero.
Dormir en paz.
No ser un títere del sistema.
Hay otras formas de vivir y no precisamente como una esclava de este siglo.
Y es que precisamente, cuanto más he visto de ese mundo, del entramado de números que muchas veces incluso pierden su sentido, más me provoca seguir ajena.
Lejana y distante.

Hace poco en una conversación, surgió la pregunta.
- Si volvieras a tus años de elegir carrera ¿Volverías a elegir ser contable?
Sonrío y antes de responder mi compañero añade.
- Yo sí, hoy me doy cuenta. Jamás habría estudiado periodismo o algo que tuviera que ver con el mundo bohemio. Habría estudiado lo mismo que estudiaste tú...

Mi mirada se elevó al techo.
Mejor ni responder.

Empieza el calor...

Ahora aquí tormenta.

Ayer... ayer hizo un calor de los mil demonios, preludio del verano mediterráneo.
Húmedo, lo que no siempre implica sensual.

Mañana, no se.

Pero hoy...

Hoy se me antoja succionarte hasta el alma...

Tocar fondo

Las pocas veces que he tocado fondo
siempre me ha dado por subir.
Lo que nadie me contó
es que en ese mismo fondo
hay una vida...
Y nunca me di cuenta
que podía ser incluso
infinitamente mejor

Nota mental:
Cuando crees que te hiciste con su mundo
se aseguró de hacerse con uno ajeno y distante
imposible de ser siquiera alcanzado por ti

Tu calorro

Hay una distancia de +/- 704.80 km entre tus pensamientos y los míos.
Quizás menor que la que yo misma impuse.

Pero hoy...
Hoy solo se me ocurre bailar esto para ti

Nota mental: No, no tengo remedio

Destiempo

Hace una semana más o menos ocurrió algo normal y cotidiano, sin embargo para mi representó justo eso, un hecho a destiempo.

Cuando comencé a seguir a Ojos de Océano en Twitter también le hice una petición de seguimiento a su Instagram. Era y es una cuenta privada.
Lo cierto es que pasó más de un año y nada.
Y justo cuando ya mi mente andaba en otros rumbos... la semana pasada mi móvil me indica que había aceptado mi solicitud de seguimiento y para más remate me comenzó a seguir también.
Confieso que mi corazón se aceleró, de manera desbocada.
Y sin razón.
Como soy una impulsiva, lo primero que pensé fue en dejar de seguirlo y eliminarlo de mis seguidores, es lo que tienen las redes sociales, te permiten poner y quitar a tu antojo.
Pero me dije: primero lo reviso, me picaba más la curiosidad que la impulsividad del destierro sentimental.
Y allí supe más de ti:
Eres más familiar de lo que imaginaba, tu familia está por encima de todo, cosa que habla muy bien de tus valores.
Aún la recuerdas.
Rehiciste tu vida, pero lo que me acercó a ti en el 2004, eso que me llevó a reprocharle al destino por haberse llevado al amor de tu vida, definitivamente te dejó marcado, creo que para siempre.
Eres feliz.
Me siento tan estúpida por haberte preguntado en WhatsApp si estabas bien en Venezuela o incluso cuestionarte el por qué seguías allí.
Te gusta Caracas, aceptas a Venezuela como en los matrimonios, en las buenas y en las malas.
Eres de las personas que ve el vaso medio lleno y disfrutas de lo genial que es vivir en el trópico y tener un refugio cerca de la playa para escaparte los fines de semana... sé lo que eso significa, sentirte cerca del paraíso en la tierra.
Eres simple.
Por eso jamás podríamos estar ni medio cerca. Porque soy absurdamente compleja.
Siempre pensé que no sería de tu gusto desde el punto de vista físico. Y resulta que tu compañera de vida es una mujer normal, pero con esa sonrisa limpia, llena y sincera, como la tuya.
Me hace feliz verte feliz.

***

Y decidí no eliminarte.
Al contrario, pienso seguirte, aunque hayas llegado a destiempo.
Porque tu alegría me contagia en mis días bajos.
Porque eres una ventana al lado bonito del país que me vio crecer.
Porque a veces necesito ese optimismo que desprendes siempre.

Más de lo que debería, me pregunto por qué las cosas ocurren en el orden que no esperamos.

Mejor que la respuesta sea el silencio...

Amor Propio

Y de pronto llegó el día que se cansó
De ser
Su muñeca recortable

¿Qué música te gusta?

Varias veces me lo han preguntado, porque puedo ir del pop al reggae en un viaje de ida y vuelta.
Como con los hombres, soy de gustos variopintos, quizás porque igual que con la música lo que realmente me mueve es a veces incomprendido por el resto.
Lo cierto es que hoy el día va tranquilo, recordando ese momento en que éramos amigos de "penas compartidas", las mías por tu primo, las tuyas por aquella que te dejó el corazón en trizas.
Y no se exactamente en qué momento las tuyas comenzaron a ser por mi causa.
Lo que si recuerdo con claridad es ese día donde habíamos llevado a O. a su casa, el iba de copiloto, yo por comodidad continué en el asiento de atrás, íbamos nuevamente por la autopista, me embelesaba el Ávila y sus colores en el atardecer y de repente me dio por ver el retrovisor.
Me mirabas y sin decir nada. Nos dijimos todo.

Se me eriza la piel, porque sonaba lo que ahora escucho.

Agua - Jarabe de Palo

Qué hacer, tú lo sabes
conservar la distancia
renunciar a lo natural
y dejar que el agua corra...

Cómo vas a ser mi amiga

cuando esta carta recibas

un mensaje hay entre líneas

cómo quieres ser mi amiga

 

Trabajo Fácil

De repente y de la nada, ya a medio vestir, tras consumar un sexo con más de diez años de experiencia, surgieron las palabras

- Imaginas que de repente apareciera otra mujer... porque no la busco ¿Pero si apareciera?
- ¿Qué harías?
- Bueno, para empezar yo no doy pie a que nadie entre en mi vida, pero si pasara y sintiera algo, te lo diría. Es más, responsablemente te pediría el divorcio, de forma civilizada, porque soy joven y podría rehacer mi vida y vamos, tu también. Me encargaría de una pensión y que estuvieras bien.

Ella lo miraba con ojos enormes y con la mirada más cándida que consiguió.
Tantos años juntos hacia que leyera cada movimiento de su mente así como el reflejo inequívoco de su cara, era difícil ocultarle algo.
Trató de dibujar una sonrisa a medias que le expresara: Me dejarías devastada y sola, marchita y temporalmente sin vida.

Sin embargo mientras lo miraba con ojos cándidos y sonrisa taciturna, dándole a entender el efecto desolador de esas palabras, enredando en ese momento sus piernas para acercarlo, pensaba:

Ojalá eso pasara, así me harías el trabajo más fácil...