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lunes, 31 de agosto de 2020

Seis pies bajo tierra

Nunca digas nunca, debería titularse esta entrada, pero no...
De pequeña (vamos hasta hace dos años) no toleraba un montón de alimentos, no me gustaba por ejemplo la cebolla, el pimentón, los sofritos.

Me perdí el mundo de las maravillosas especies como el curry o la cúrcuma, renegando de forma altiva el clavo de olor o el fastuoso jengibre.

Mi paladar infantil hizo que me perdiera de mucho.
Por eso, en mis cuarenta, pruebo.
Pruebo todo lo que pasa y me apetece en términos culinarios.
Así me pasa con la música.
En principio no me gusta lo de moda o lo muy juvenil.
Hasta que hoy se me ocurrió colocar en Youtube Billie Eilish

¿Por qué? porque muchos de los stories de quienes sigo en IG tienen de acompañamiento a esta mujer, mundialmente conocida, con un montón de premios y yo, desconocedora absoluta.

Trabajando, se empezó a colar, de mis oídos al cerebro y debo reconocer que algunas canciones ya son bucle.

Elevo los ojos al cielo...

No tengo remedio.



Un pedacito de esa canción... LA CANCIÓN

Ayuda, me perdí a mi misma nuevamente, pero te recuerdo
No vuelvas, no terminará bien
Pero me gustaría que me lo dijeras también
Nuestro amor está a seis pies bajo tierra
No puedo evitar preguntarme
Si nuestra tumba fuera regada por la lluvia…
¿Florecerían las rosas?
¿Podrían florecer las rosas nuevamente?
Recuerda mis labios
Borraré tus caricias
Es demasiado para mi
Desapareces como el humo en el aire…



PD: Cuando abres la maleta y sueltas lo que te sobra, no puedes más que sentirte libre...

Feliz inicio de semana, donde estés

viernes, 28 de agosto de 2020

Al lado del camino

Este fin de semana promete lluvia y tormenta.
Otrora estaría acongojada, final de agosto y un finde "desperdiciado" por la lluvia.
Hoy, lo agradezco tanto.
Ese olor a tierra mojada, el aroma característico que te permite intuir que las gotas se acercan.
Tomar un té a media tarde.

Terminar de pintar la pared del cuarto sin sofocarme, animada a ver como queda con la decoración.

Pintar una lámina...

Se me antoja, como esos pequeños placeres que son los que a día de hoy me ilusionan.




Y de fondo musical mientras termino de pintar, el gran Fito:

"Nadie nos prometió un jardín de rosas
Hablamos del peligro de estar vivo
No vine a divertir a tu familia
Mientras el mundo se cae a pedazos
Me gustar estar al lado del camino
Me gusta sentirte a mi lado
Me gusta estar al lado del camino
Dormirte cada noche entre mis brazos..."

Feliz fin de semana, allá donde estés


lunes, 24 de agosto de 2020

Cuestión de fe

Me cuesta tener fe, confianza en alguien/algo.

¿Cómo se llega al punto del quiebre o la pérdida de esa confianza?

En mi caso, cuando se pierde la credibilidad.

Puede ser un proceso de poco tiempo o mucho, según la(s) acción(es) de la(s) persona(s)

Me considero desconfiada casi absoluta, poco creyente.

Mi madre siempre añade "Por eso, así te va".
Quizás...
Uno da muestras de confianza al principio de cualquier relación, sea personal, laboral, social.
Hasta el punto de quiebre y no retorno.

En enero (lejano, muy lejano, porque con todo esto, la relación espacio temporal se ha perdido gradualmente) nos dijeron "Es solo una gripe, además está en China, es poco probable que nos afecte.
¿Y en febrero? ¿Alguien recuerda lo que nos dijeron en febrero? No por favor, las mascarillas NO son necesarias.
A principios de marzo, una marcha en pro de las mujeres y sus ¿Derechos?
Y luego... bueno, todos ya sabemos que pasó luego.
En mayo, prometieron por el Niño Jesús el dinero para cubrir los ERTEs, prestaciones por desempleo y a los autónomos así como el famoso Ingreso Mínimo Vital.
En junio que la economía se recuperaría, prendiendo la chispa esperanzadora de locales de restauración y ocio nocturno, donde muchos fieles creyentes incluso se endeudaron para cumplir con las condiciones de apertura "seguras".
Yo imagino que quienes nos dirigen, tienes hijos, nietos, sobrinos, familiares y/o vecinos en edad adolescente: la más rebelde, buscadora primigenia de la libertad con sus hormonas en pleno hervor.
Evidentemente estaba claro que la "nueva normalidad" entraría por un oído y saldría por el otro de la mayoría de los confinados.
Primero porque no cala el concepto.
Segundo porque se contradicen: Agosto agonizando y la culpa de los rebrotes es del ocio nocturno y la restauración, esa misma que se animó a abrir con las premisas impuestas.

"Es culpa de los rebrotes que no haya la medicación necesaria para los casos graves que se originen" asomaba una noticia la semana pasada
¿En serio?
¿De verdad el gobierno no fue previsivo en los mayores picos experimentados de lo que seria necesario en caso de otro nuevo pico?
Y ahora llaman a la responsabilidad individual para que en una semana se vuelva al trabajo y en dos a los coles.
¿Quién garantiza la seguridad laboral y escolar?
¿Los mismos que llevan meses cosiendo y descosiendo?
¿Los mismos que afirmaron tener un comité de expertos y que meses más tarde afirmaron tranquilamente que no existía el mismo?

¿Sabían que hay personas que aún no han sido llamadas a trabajar de nuevo y les han suspendido el ERTE?

Malo es el origen.
Mala es la gestión.

Lo siento, hoy no es una buena entrada.
Solo que frente al abismo que se aproxima, la ansiedad, me tiene bloqueada.

Y para más... una canción con letra atemporal, dedicada a los de derecha... cuando resulta a la vuelta de los años que los de la izquierda son de la misma calaña por no escribir, la misma mierda.


martes, 18 de agosto de 2020

Tu lo que quieres es que te coma el tigre...

¿Creen posible la amistad verdadera y genuina entre un hombre y una mujer?
Quizás es que estoy criada en una cultura de fondo machista, porque en mi escasa experiencia con el género masculino, pocos han sido los hombres que me han ofrecido su amistad sincera sin un deseo sexual de fondo.
Y los amigos "de verdad" es porque eran homosexuales...
La milonga de "Ese hombre no te conviene"
¿Cuántas veces no lo he escuchado antes?
Ojalá amigo y hombre pudieran estar en la misma oración en los entresijos de mi diario confinado.
***
Sin desperdicio la relación entre Malu y Roberto en Coisa Mais Linda (Netflix).
Predeciblemente, en la primera temporada se percibía la tensión sexual.
Fogoso el encuentro en la segunda temporada.
Y es que ella al final, quería eso, que se la comiera el tigre ;)


jueves, 13 de agosto de 2020

El gringo


Hacía mucho, no me sentía tan identificada con una letra.
Es un sentimiento lejano, porque desde pequeña no era de allá.
Siempre fui la galleguita, la blanquita, a la que no le daba el sol.
Llego a Galicia y era la caraqueña, la del acento de las telenovelas.
Y ahora que vivo en Cataluña, me siento como dice Sadness, de ningún lugar.
A veces me preguntan si vengo de las Islas Canarias; a los más cercanos, con risa taciturna les enseño el reverso del DNI donde el lugar de nacimiento delata.
Me miran con desconcierto, porque no tengo ni cuerpo ni cara de ser Made in Galicia, con toda una familia paterna gallega y una materna castellana/madrileña.

***

Echar raíces se ha convertido en un tema complicado; finalmente da igual el origen, porque me doy cuenta que me estoy convirtiendo en una nómada, para bien o para mal...


Me dicen el gringo cuando me ven pasar
Por el centro del DF, La Condesa o Coyoacán

Me dicen el gringo pero nunca sabrán
Que yo no soy de allí pero tampoco soy de acá
Soy de ningún lugar, soy de ningún lugar
Ningún lugar es mío, soy el río rumbo al mar
Soy de ningún lugar, soy de ningún lugar
Yo sólo soy el viento que viene y se va
A veces creo que el tiempo se ha parado

Y sigue para todos los demás
Me doy cuenta de lo lejos que he estado
Y entonces tengo ganas de llorar
Cuando me ven pasar por Sagrada Familia o La Plaza Real
¿Quién me va a esperar?, ¿Quién me va a esperar?
Si no me esperas tú, nadie me esperará
Soy de ningún lugar, soy de ningún lugar

Ningún lugar es mío, soy el río rumbo al mar
Soy de ningún lugar, soy de ningún lugar
Yo sólo soy el viento que viene y se va
Que viene y que se va
Que viene y que se va
Que te dejó pasar porque siempre viene y se va


viernes, 7 de agosto de 2020

Gerontofilia

Hablando, de esas charlas de viernes sin sentido con una copa de vino en la mano, salió el comentario.
Estoy casada pero soy de las que expresa las cosas a la cara (para bien o para mal), así que en medio de la tontera vespertina, le comento a F lo bueno que estaba el abuelo del último comercial de Casa Tarradellas.



Lo que me excita pensar en un café hipotético con Henrique Lazo, locutor venezolano que ya se gasta la friolera de 72 años.


Hace diez años deliraba con Jose Luis Perales o el mismo Serrat.
Cuando estudiaba en la universidad me gustaba un profesor (típico cliché).
L explicaba Mercados Financieros mientras yo me quedaba prendida de su mirada taciturna y sus labios finos.
Años más tarde mis propios alumnos comentaban que L era un profesor macabro que los aterrorizaba con exámenes imposibles, les comenté que había sido mi profesor y que de aquella era bastante admirado por muchas de sus alumnas.
Vergüenza la semana siguiente cuando me tomaba un café en el salón de profesores, L se acerca y me dice:
- Colega, no sabía su profunda admiración cuando fue mi alumna.

Mis mejillas pasaron de nivel rosado a colorete tono Heidi.

Le comenté que la admiración seria eterna.
Mi sonrisa brillaba más que mis ojos, así que devolví el cumplido de forma que los colores se le subieron a él.
Nunca más volví a cruzar palabra con ese profesor, cambios de horarios y al poco tiempo cambio de país, pero lo dicho, mi admiración sigue intacta.

Soy y seré rara.
Entiendo perfectamente por qué me gustan los hombres mayores, hizo falta una que otra terapia, pero lo terminé aceptando.

Y a qué viene esto?
Yo que se... el verano no verano que me hace pensar más de la cuenta.
O que esta noche no dormí casi del calor sofocante.
***
Si de vidas paralelas se tratara, ahora mi otro yo creo que está en la terraza de 360º escuchando El mismo aire, pensando lo imposible de algunas cosas en la vida.

lunes, 3 de agosto de 2020

¿Cuál es tu fruta favorita?

Con el calor a cuestas, con este noverano, con el calor que sobra...
Me detengo a pensar que mi fruta preferida hasta marzo de este año era la manzana.
Hasta que se me revolucionaron los sentidos y le cogí un asco poderoso
Porque ya no me sabe igual.
Mi olfato se cuestiona cada olor de antaño.
Se me antojan lejanos.
Meses donde todo se trastocó.
Fui a Madrid. Una semana con mi familia.
Decidí que no volveré, al menos no del mismo modo.
No se si me agrade lo nuevo.
Me cuesta aceptar lo que toca, pero eso, es lo que hay.
Extraño la playa... pero no quiero que se desdibuje por cuadrículas llamadas parcelas, por horas y restricciones, seria lo contrario al sentimiento de libertad que me ha sugerido siempre el olor a mar.
Por eso este verano no voy.
Ni a la piscina.
Ni al parque.
Ni al centro.
Mi hogar se ha convertido en un refugio del que para bien o para mal no quiero salir.
Salgo sin maquillaje y en casa me maquillo como si fuera a una fiesta de Lomana.
Piso la calle de a saltos solo para comprar lo necesario con los tenis más viejos que poseo, mientras, mi sala se ha convertido en una pasarela mejor que la Cibeles.
Y así todo.
Los días son menos días, mi mente va en cuenta regresiva.
Afortunadamente en medio de esta travesía descubrí a Carlos Sadness y oye, me saca de ese estado cansino y rutinario. Este hombre me hace sonreír cada vez que lo escucho.
Hoy, si me lees te dedico esta canción, pero podría ser cualquiera de su repertorio: para ti... Amor Papaya.

"Haces que el tiempo se derrita,
que yo busque en tu espalda
tus pecas... de sandía"