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martes, 22 de octubre de 2019

No busques en Google...

Iba a escribir algo sobre el conflicto que ha rodeado el lugar donde actualmente vivo (Cataluña), pero como todo acto "político" prefiero dejarlo para cuando baje la marea.
Lo que sí, en medio de tanta incertidumbre (o no, porque se vislumbra el final del cuento), el jueves pasado el cartero llamó a mi puerta para darme la feliz noticia que soy "Presidenta de una las mesas electorales" del lugar de encuentro el próximo noviembre en unas elecciones que se adelantan como cambiantes y quizás abstencionistas (o no).
Menudo "honor" me ha tocado.
Entre tanto, hace unas dos semanas comenzó un dolor en el hombro, lo que inmediatamente hizo que mi cerebro a nivel inconsciente -y consciente claro- pensara en mi tío que comenzó con un dolor en el hombro y que por esta época del año pasado llegaba a España, para ser diagnosticado con cáncer de pulmón y morirse este enero, sin esperarlo, demasiado rápido, demasiado pronto.
Estuve una semana de ese fatídico enero sin salir de mi casa. Sin llevar a mi hija al colegio. Sin vivir.
Pensando en lo injusto que un político de mierda como Nicolás Maduro siguiera vivo, causando un nivel de estrés, hambre y penurias a millones de personas mientras que mi tío en cambio se nos fuera de las manos.
Duelo -lo llaman- y sus etapas que lamentablemente me se de memoria.
Lo cierto es que el dolor no remitía, al contrario, iba a más.
De hecho ya tenía una inflamación al lado de la axila, cerca del pecho.
Hice lo peor que puede hacer alguien. Buscar en Google.
Dejé de dormir.
El centro de mi cuerpo y mi mente se basaba en ese dolor profundo, nefasto.
Hace una semana le pregunté a mi marido que haría si yo me moría de repente ¿Qué harás con la niña? Responderme que todo seguiría igual, el saliendo de casa a las siete de la mañana, regresando a las ocho de la tarde y dejándola a su bola al salir del colegio, lejos de tranquilizarme me preocupó, me angustió a niveles inverosímiles.
Caminaba de forma agónica, hasta que me dije: lo único es que con lo organizada que eres, si te dicen que te queda "x" tiempo de vida es que podrías planificar hasta el funeral, cómo morir, convencer a mi marido que mandara a la niña con mi madre a Madrid.
Y el dolor por momentos disminuía.
Hasta que el miércoles de la semana pasada rompí a llorar.
Por la inflamación, por las dudas, por el dolor, por todo... o por nada.
Requirió valentía decidirme a ir a urgencias.
Por el problema catalán, pasar por mi médico de familia implicaría tiempo, factor que no estaba dispuesta a negociar.
Así que, como tengo seguro privado, allí que me aparecí en urgencias. Sola. Con el corazón que se me salía por la boca.
Soy de tensión baja siempre, en triaje, las enfermeras notaron mis manos sudorosas.
La tensión "alta" en 14/9 y el pulso en 103.
Les comenté del dolor. Salí y esperé a que me llamara uno de los médicos de turno.
Al entrar me revisó el hombro, yo le dije que tenía una inflación terrible que podía ser un tumor y me derrumbé. Me puse a llorar de forma desconsolada.
Lo primero que me preguntó ¿Buscó en internet verdad?
Asentí y negando con la cabeza respondió: es lo peor que puede hacer y lo que lamentablemente hacen todos.
Le hablé de mi tío mientras que ponía mi brazo y hombro en posiciones que casi me hacen gritar del dolor, que por cierto era totalmente real.
Me mandaron a hacer una placa, descartando rotura de hueso.
Diagnóstico: tendinitis aguda del hombro izquierdo.
Me programaron un eco, cita con traumatólogo. Enantyum, hielo y un cabestrillo durante 48 horas.
El viernes me dolía pero un poco menos, pero de sábado para domingo, mientras dormía el dolor se agudizó a pesar de la pastilla y no dormí prácticamente nada.
Esta vez le dije a mi marido que me acompañara al hospital (público) porque seguía con la inflamación y como auditora que he sido, necesitaba una segunda o tercera opinión.
Antes de entrar al hospital, como uso reloj de estos que miden el pulso, yo ya me notaba las palpitaciones aceleradas, pero entré en pánico cuando vi ese 122.
¿Sabes lo que es un pulso en 122?
Mi marido, que no sabe cómo actuar en esos momentos, se aleja, solo me dijo "A ver si te da un infarto por pendeja".
Las manos me sudaban, quería llorar, gritar. Experimentaba nuevamente ese enemigo lamentablemente conocido: ansiedad.
Entré al hospital y tras una hora de espera (angustiosa) ya estaba ligeramente más calmada.
La doctora me revisó el hombro, la axila, palpó mis ganglios, las manos, el pecho, el cuello, llamó a un colega para una segunda opinión.
Cuando nos quedamos solas, me preguntó: buscaste en internet ¿Verdad?
Asentí con la cabeza y me dijo, muchos de los casos de urgencias que tenemos aquí son producto de las búsquedas en el médico de cabecera mundial: Dr. Google.
Me reafirmaron que tenía una tendinitis aguda, de los músculos que van del hombro al pecho, tanto en la parte de adelante como en la de atrás (no me pidan los nombres porque son complicados); por eso la inflamación y sobre todo el dolor que por momentos se hace insoportable.
Tengo una semana de Enantyum intercalado con Paracetamol.
Con ellos la vida poco a poco vuelve a sonreírme, con dolor, de a ratos, pero ya menos intensos.
¿Cómo llegué a la tendinitis?
Por creerme mujer maravilla cuando soy una simple mortal que por encima es bastante zurda: cargar botellones de agua de 8 litros. Subir y bajar ropa al trastero para poner lavadoras. Cargar con la compra de varios kilos caminando casi un kilómetro más dos pisos sin ascensor.
Mentalmente, durante más del año que llevo viviendo aquí, he querido compensar el hecho de no trabajar en la calle y para no "cansar" a mi pobre esposo que se "mata" a trabajar y me "mantiene".
Mi mamá trinaba cuando le conté.
Ella es la única que sabe tratarme cuando me dan las crisis de ansiedad.
Enfermedad real, que por cierto, no se la deseo ni a mi peor enemigo y que muchos, incluyendo mi esposo, se toman a la ligera.
¿Moraleja?
Yo que sé, solo pasaba por aquí, para no dejar solo el rincón...

9 comentarios:

  1. Bueno, ya pasó, ya pasó...
    Ahora a celebrar que te quedan muchos y muchos años de vida.

    :)

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  2. A veces nos creemos superwomans, otras en la obligación de hacer algo que se "vea" cuando ejercemos de señoras de la casa , ya mi madre me decía ( cuando era una cría ) con los años tantos esfuerzos te pasaran factura ... y no sé si son los años los que se la pasan a todos o es que me pasé de años antes de tiempo
    Te dejo un remedio casero (o no tanto) alcohol de romero para cuando tengas un tirón, que si se fuerza puede llegar a ser necesaria la atención de un especialista, yo personalmente lo utilizo cuando salgo a correr y siento cargada la musculatura.
    y no , no mires en google ... puede provocar ansiedad , entre otros males

    un beso y buena semana !

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    1. Muchas gracias María, lo voy a probar, un beso de vuelta :D :D

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  3. 1. Espero con ansiedad esa opinión sobre el conflico social de donde vives.

    2. Tu marido es muy majo, pendeja.

    3. Dices "Mentalmente, durante más del año que llevo viviendo aquí, he querido compensar el hecho de no trabajar en la calle y para no "cansar" a mi pobre esposo que se "mata" a trabajar y me "mantiene".
    De verdad que no lo entiendo del todo lo que quieres decir, pero
    has hecho bien en dejar la calle, mentalmente.


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    1. Pitt, es sencillo escribir sobre ansiedad, difícil es vivir con ella, para uno mismo y para los que están alrededor.
      Desde jovencita aprendí a ganarme el pan como contable y profesora universitaria. Aquí he tenido que adaptarme mentalmente a ser productiva desde casa, pero, ganar mucho, mucho menos que mi marido a veces me mortifica (cuestión de orgullo quizás). Bendito tiempo el actual que nos ha hecho creer que las mujeres podemos con todo y más, cosa que en mi caso, no es del todo cierta. Como ama de casa no llego al notable, porque lo considero necesario pero poco relevante... en fin, a ver si me gano la lotería que nunca juego para comprar una robotina ;)

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    2. Te comprendo porque tengo una sensación parecida por un motivo económico, resulta que mi mujer, por desgracia, ya ha perdido a sus dos progenitores y ha recibido una herencia mucho, mucho más sustanciosa que la que podré tener yo mismo en el futuro, y me mortifica, tanto me mortifica que con un esfuerzo sobrehumano por reponerme he dejado hace tiempo de trabajar y me dedido a cosas inútiles como el arte y la prestidigitación (no es una broma, no deja de ser algo también muy creativo que la gente toma de forma banal) y estoy pasando un calvario, eso sí, lo llevo por dentro, por fuera ya es otra cosa, por aparentar y tal. Pero esto del dinero de mi mujer me supera, me parece que me voy a volver a cambiar de coche. En las cosas de casa tampoco llego al notable, como pronto llego después del vermú.

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  4. eso me pasó a mí

    cargaba como un chaval bolsas de la compra

    tardé tiempo en recuperar. No he vuelto a cargar bolsas. Viva el carro

    Besos

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    1. Tal cuál Òscar, viva el carro, al menos en mi caso, no vuelvo a cargar tanto peso en la vida.
      Besos de vuelta!

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