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lunes, 7 de septiembre de 2020

Este mundo que nos tocó vivir

Esta entrada de lunes (muy lunes), nació por inspiración; leyendo al Sr. Tristán en su entrada: El Mantra del Buen Youtuber .

Exponía un párrafo donde los adjetivos iban de podridos, pretenciosos, analfabetas, personas sin criterio, dañinos y algo más.

 Y bueno, en todo hay que tener mesura y sentido crítico.

Entiendo que el mundo del Influencer genera a muchas personas con poca preparación, ingresos "fáciles".
Que la burla hacia las personas adultas está a la vuelta de la esquina, tal como agregaba en comentarios, haciendo referencia a las jovencitas que ayudaban en una residencia de ancianos y se burlaron de una mujer incapacitada.
Es cierto, la exposición de la intimidad mediante la inmediatez de las redes sociales a veces no tiene filtro o el filtro detrás de los algoritmos no llegan lo suficientemente rápido y se visualizan escenas grotescas como accidentes, burlas y bromas crueles que a la larga, terminan ridiculizando al creador dejándolo a merced del olvido, que es lo peor que puede pasarles a estos "personajes", eso y evidentemente probables demandas con distintos tipos de penas según el país donde ocurran los hechos (pero esto ya es un tema profundo y con aspectos legales que no voy a mencionar).

Pero... porque siempre hay un pero, creo que el problema radica en el consumidor y no en el creador de este inframundo.

Por ejemplo: la mierda de algunos canales como los del grupo Mediaset.
Ellos están todas las tardes con Sálvame, Gran Hermano o Supervivientes, para mi insufribles, miserables y que poco o nada tienen de "contenido", pero siguen allí y son consumidos por muchas personas que de hecho se ofenden si les dices que son programas de pacotilla. Incluso te preguntas cómo algunos periodistas o profesionales de distinta índole se prestan para colaborar en semejantes miserias.
Respeto a quienes producen y consumen este tipo de contenidos. No lo comparto ni lo consumo.

Igual pasa con Youtube y otras plataformas que enredan socialmente.

Hay mucho contenido en la televisión que vale la pena: un buen documental, una película, incluso algunos concursos (me confieso enganchada a Saber y Ganar).
De todo lo que se produce, yo elijo que ver y paso de largo ante lo que me perturba.

Y con Youtube pasa lo mismo, hay mucho creador de contenido valioso.
Gracias a muchos tutoriales he aprendido a reciclar, me he aventurado a leer libros, preparar una buena receta o incluso reparar algo en mi casa.
Cuando siento que el primer mundo me agobia (en el sentido consumista) me centro a través de una mujer coreana que muestra un estilo de vida diferente al occidental.
Así que no todo es malo y depende más de la elección que se hace al consumir contenidos digitales.

Creo incluso que no toda la juventud millenial está podrida ni son analfabetas y si lo llegan a ser, es más por la irresponsabilidad de quienes los crían o educan y dejan a su libre albedrío frente a todo lo que está a su alcance visual.

En fin, una entrada de lunes, lo escribí al principio.

PD: Hace poco una chica madrileña de unos treinta años, doctora en química, con dos másteres a cuestas, tras un año buscando trabajo en laboratorios en Francia, comunicaba su alivio al ser contratada en una Startup para llevar los contenidos digitales, su cargo: Community Manager. Ganaría lo suficiente para pagarse su mini piso de 30 m2, mantenerse y no tener que regresar a España a vivir en casa de sus padres.
Alegaba su alegría y a la vez su frustración sintiendo que sus diez años de estudios en Química de poco le habían valido.

Evidentemente, como sociedad, tenemos un problema.

8 comentarios:

  1. Tenemos un problema grave.
    Esa basura de televisión existe porque el país tiene el nivel que tiene.
    Si la mayoría de la audiencia no viera esa basura esas televisiones basura desaparecerían.
    Lo siguiente sería hablar del país basura, pero no quiero cansarme, resulta bastante obvio viendo el día a día.

    Besos.

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    1. Así es Toro, la audiencia o el consumidor es quien tiene la última palabra... ya del país mejor no hablamos, a veces, hartazgo otras desesperanza. Pero quizás, solo quizás, no todo esté perdido
      Un beso de vuelta!

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  2. En primer lugar comprendo que no se debe generalizar, como ya explique con essta misma respuesta a otro comentario, pero, a partir de varios casos similares, se generaliza una tesis común, que es aplicada a un nuevo caso del mismo tipo. Es decir, lo que hago es un razonamiento por signos utilizando indicios o señales para establecer la existencia de un fenómeno. Por eso deduzco que son gentuza.
    La idea de que el consumidor prefiere vivir en la inopia, y echarle la culpa a los demás, en una especie de disonancia cognitiva de la que hay que sacarle, y esa es mi intención con estas provocaciones que “no nos quedemos cruzados de brazos”.
    En cuanto a la muchacha de Químicas que citas, te contaré que en mi casa éramos dos hermanas, mis padres que los dos eran profesores, y yo, una de mis hermanas ya era licenciada en Física y en Matemáticas, llegando a estar todos de casa en el paro y fue gracias a mi otra hermana, que era puta, por lo que salimos adelante.

    Abrazo, Sra. Bogeria.

    P.D. Si alguien a trabajado con millenial licenciados a su cargo sabrá cuál es su 'aporte' académico y cultural, sobre todo cultural, a su ambiente personal y profesional.

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    1. En ningún momento pensé crear discrepancias, si no le comenté la entrada es porque consideré que el comentario seria demasiado extenso.
      Le doy la razón plena y más en los tiempos que corren, generar debate produce al menos la chispa del intercambio de opiniones y la búsqueda en algunos casos de una posible solución; eso para no caer en intercambios de pensamientos estériles donde allí si que habría un problema.
      Con respecto a trabajar con millenials, es complicado, más aún recibirlos en la universidad después de culminar el bachillerato.
      Te ven como extraterrestre, demasiado mayor y allí podrían incluso aplicarse adjetivos como arrogancia, incultura y prepotencia. Pero, queda de nosotros o al menos de mi parte como educadora, tratar de reconducir determinadas conductas. Evidentemente en la mayoría, la sensación de arar en el mar estará latente, pero en algunos solo algunos, si habrá algún efecto.
      No olvidemos que los millenials de hoy serán los maduros dentro de 20 años y a saber cómo serán vistos o juzgados por las nuevas generaciones.
      Un abrazo de vuelta Sr. Pitt.
      PD: Me encantan sus entradas, precisamente porque levantan mucho polvo en el camino.

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    2. Por cierto solo un tipo poco culto podría haber escrito "a trabajado" por "ha trabajado", idiotas hay a montón.
      Disculpe el lapsus calami.
      Muchas gracias por el cumplido sobre las entradas.

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    3. Sr. Pitt, detesto los errores y más aún los ortográficos... sin embargo, deslices tenemos cualquiera.
      Saludos!

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